jueves, 22 de abril de 2010

INFIERNO CANTO I




Y vi, casi al principio de la cuesta,

una onza ligera y muy veloz, 32[L5]

que de una piel con pintas se cubría; 33



y de delante no se me apartaba,

mas de tal modo me cortaba el paso,

que muchas veces quise dar la vuelta. 36



Entonces comenzaba un nuevo día,

y el sol se alzaba al par que las estrellas

que junto a él el gran amor divino 39



sus bellezas movió por vez primera; 40[L6]

así es que no auguraba nada malo

de aquella fiera de la piel manchada 42



la hora del día y la dulce estación;

mas no tal que terror no produjese

la imagen de un león que luego vi. 45[L7]



Me pareció que contra mí venía,

con la cabeza erguida y hambre fiera,

y hasta temerle parecia el aire. 48



Y una loba que todo el apetito 49[L8]

parecía cargar en su flaqueza,

que ha hecho vivir a muchos en desgracia. 51



Tantos pesares ésta me produjo,

con el pavor que verla me causaba

que perdí la esperanza de la cumbre. 54



Y como aquel que alegre se hace rico

y llega luego un tiempo en que se arruina,

y en todo pensamiento sufre y llora: 57



tal la bestia me hacía sin dar tregua,

pues, viniendo hacia mí muy lentamente,

me empujaba hacia allí donde el sol calla. 60

Mientras que yo bajaba por la cuesta,

se me mostró delante de los ojos

alguien que, en su silencio, creí mudo. 63


Dante Aligheri, Divina Comedia

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Probando, probando

Ludivina dijo...

El infierno es dar clase a un grupo de la ESO el viernes a última hora, máxime si esa clase está plagada de Jorges y Borjas. ¡Virgilio, ven y socórreme!

Hikari dijo...

Ciertamente eso es un infierno pero estando dando clase uno tiene bastantes distracciones, más estar sentado detrás, con Jorge tan cerca, sin la excusa de oir bien para atender y teniendo que escucharlo... que remedio nos queda sino intentar asesinarlo... (literariamente, claro)

Anónimo dijo...

algunas personas estan vivas...... porque el asesinato es ilegal

Anónimo dijo...

si no puedes convencerlos........ confundelos

Ludivina dijo...

¡Palabras sabias las del ser anónimo, nunca tanta verdad concentrada en tan pocos sintagmas!